jueves, 19 de enero de 2017

A.V. San Martin, País Vasco - España - de C. Económicas a Escritora y Madre

Y ¿si hubiera una segunda oportunidad?

Muchos nos hemos preguntado esto, pero AV San Martín lo desarrolla en una novela:  Azul tormenta, lluvia añil, que todo aquel en edad de casarse debiera leer y los que ya pasamos de veinteañeros podemos disfrutar sin meternos en mayores complicaciones. No es que sea un libro de autoayuda, pero su investigación sobre relaciones tóxicas, sobre la psicología del abusador y la de su víctima es muy esclarecedora.

Y no se detiene allí porque, si así fuera, se quedaría en la calificación de “una más”, sin embargo, la autora da un giro a la historia volviendo a tener 18 años, pero, con la experiencia de la mujer de 33.
Cómo sucede es un misterio que no entenderemos hasta el final.  Sin embargo, es evidente que este ‘volver en el tiempo’ le permite reencontrarse, entender su error, regresar a su familia, a sus amigos y al que pudo ser el amor limpio, sano, verdadero.

La novela tiene otros matices, reproduzco aquí un fragmento donde hay un delicioso juego con las manos:
“Su mano se aleja, y siento un desierto de abandono sobre la mía.

Solo la ha volcado hacia un lado y la mantiene abierta con la palma hacia arriba y los dedos estirados como una invitación silenciosa que no exige respuesta. De inmediato me agarro a ella como si fuera el único bote salvavidas en mitad del océano. Se siente distinta la unión de las manos cuando estas se miran de frente. Su  vínculo no puede traicionar una fusión perfecta. La adherencia de las palmas unidas por completo sin espacio para el aire. Mis dedos  y mi pulgar al otro lado se curvan alrededor de él. Es extraordinario sentir cada centímetro de piel que compartimos, los movimientos leves como caricias de sus dedos sobre el reverso de mi palma. Ni siquiera nos miramos ahora, los dos hemos clavado los ojos en nuestras manos. Deslizo mi mano y mis dedos se estiran con la caricia de mis yemas sobre su palma. Trata de atraparla aún en la suya capturando mis dedos bajo los suyos, me sorprende que trate de retenerla, pero mi intención no es alejarla. Estiro sus dedos sin encontrar resistencia y los míos acarician los huecos entre los suyos,  mis yemas rozan sus yemas y vuelvo a hacer el camino dentro de su mano con lentitud. Grabo las líneas y las desigualdades de su palma con la punta de mis dedos. Oigo su respiración, tal vez sea la mía. Sus dedos cobran vida. Se deslizan por mi mano. Rozar las palmas ya no es suficiente. Sus yemas en mis nudillos se alargan hasta rozar mi muñeca y la vuelca de nuevo para enfrentar a la suya, sus dedos se deslizan entre los míos entrelazándolos. Los soltamos y ahora son las palmas las que bailan una contra la otra. Ya no hay tanta suavidad en nuestras caricias. Las manos se friccionan exigiendo algo la una de la otra que no llegan a comprender, se atrapan y presionan con fuerza. Tienen vida propia y nosotros somos sus espectadores.”

En general, y tratándose de gente universitaria, los diálogos son ágiles, ocurrentes, con mucha información sobre música, medicina, psicología y cultura en general. Veamos este fragmento que es realmente divertido:
Soporto mejor entre risas algunos errores periodísticos no ortográficos como los titulares reiterativos “Pierde la vida y muere”; los incalculables “Condenan a 8 de los 3 acusados del secuestro”; los inverosímiles “Mañana empieza la huelga de médicos y enfermos” o los disparatados “La acusación particular pedía un año de cáncer y una indemnización de 12.000 euros”. Aún recuerdo un día de carcajadas estrepitosas en el trabajo cuando Emilio, el jefe técnico, encontró una página web dedicada a gazapos periodísticos que compartió con el resto del equipo. Absolutamente inolvidable María Teresa Campos: «Estados Unidos ya tiene presidente erecto: George Bush»”

Cuando recapacita sobre su propia conducta es realmente introspectiva, sobretodo porque la familia de Ana es sana y amorosa, allí no hay justificativos para dar o recibir malos tratos, y entonces ¿por qué no buscar protección en ellos? Leamos este pasaje confesional:
“Es difícil entender por qué no he confiado en mis padres cuando siempre han sido un apoyo enorme para mí. No, no es tan complicado. No quería perder a Abraham. Oculté su agresividad para que no fuera juzgado por ellos o me obligaran a apartarme de Él. E incluso cuando comenzó a alejarme de mi familia, volviendo malhumorado de las visitas o enojándose cuando quería hacerlas, continué eligiéndole a Él por encima del resto. Siempre anteponiendo sus deseos a los míos. Inclusive


cuando veía el dolor que mi separación les producía. Yo era una marioneta sin voluntad  en sus manos deseosa por complacerlo.
Luego llegaron los golpes y fui yo la que me mantuve apartada para que no advirtieran las marcas y el sufrimiento; improvisando una sonrisa triste cuando los veía que nunca alcanzaba mis ojos. Me volví una gran mentirosa. Una estupenda actriz siempre oculta tras un disfraz. Escondiendo de uno y de los otros lo que me haría daño. Así era yo. Una gran farsa con miedo a ser yo misma, y con unas ganas inconmensurables y reprimidas de gritar por mi verdad.”

Y ¿cómo el abusador se auto justifica?
“―Sabes qué no ha sido culpa tuya, ¿verdad? ―me dice, y coge mi mano laxa para colocarla en la palanca de cambios bajo la suya.
Suspiro. De nuevo mi culpa, su culpa. ¿De quién será? Quitando el hecho de que no puedo cambiar su forma de ser y que yo no estoy implicada en la naturaleza de su temperamento. ¿Provoqué de alguna forma su ira? Sí. Lo hice. ¿Eso me convierte en la culpable? Hubo un tiempo en que así lo creí; sin embargo, ya no. La pregunta clave es: ¿hice algo mal que justifique su atropello a otro chico? No. ¿Hice algo, cualquier cosa, que justifique sus denigraciones, su acoso y su tortura? No. No. No. En mayúscula y con doble subrayado. Un gran NO. Cualquiera que sea su excusa y su retahíla sin sentido y enloquecida para defenderse, la única respuesta posible es que Abraham es el responsable exclusivo de sus actos ponzoñosos, y yo ya no quiero continuar inculpándome por ello.”

Pero, ¿qué la retiene? ¿Qué poder tiene el abusador sobre su víctima?
“Dudo. No tengo ninguna obligación de ir con Él. Ya no le pertenezco y soy capaz de pensar por mí misma y a pesar de ello…  temo las consecuencias. De ahí radica su poder en mí. Del miedo. Empiezo a creer que nunca estaré a salvo
―Déjame marchar ―suplico, y me odio a mí misma al darme cuenta de lo patética que sueno, de lo rápido que he dejado que Él vuelva a tener dominio sobre mí y me atemorice. Es el miedo la peor arma del mundo.”

Más adelante pensará:

“Necesito mi libertad y ser yo misma. Solo descubriendo de nuevo quién soy podré hacerme más fuerte y, si soy más fuerte Él no podrá hacerme más daño. Tal vez de eso trate todo esto.”
…..
“Se culpa de la violencia de su pareja como si ella fuera la causante de cada agresión, entrando en un estado de abandono y pasividad del que es muy difícil salir. En su mente se erige su propia cárcel.”

AV San Martí, a través de Ana, dice que no es feminista, pero reflexiona sobre la diferencia de sexos deseando que…
“Tal vez algún día las niñas puedan hacer lo mismo que los niños sin ser consideradas chicazos o marimachos. No me siento menos femenina por hacerlo. Soy una mujer y me siento muy orgullosa de serlo aunque nuestro recorrido sea más difícil. Jamás pensé ‹‹ojala hubiera nacido hombre›› y tampoco soy feminista. No creo en los extremismos. La vida no es en blanco o negro. Ni siquiera gris. Hay muchos más colores de los que puede llegar a percibir el ojo humano.”

 Y sobre injusticia de sexo:
“Y mientras el asesinato y la violencia contra las mujeres, por parte de sus parejas, continúe alcanzando cifras descomunales se tendrán que seguir aplicando medidas de excepción. Porque no tengo ninguna duda de que esto es una guerra.
No es una batalla de mujeres contra hombres si no una lucha a favor de la razón y la lógica frente a la injusticia, por lo que escuchar esos argumentos que aseguran que ni las mujeres son tan buenas ni los hombres tan malos en realidad me sobran. Nadie está enarbolando ese eslogan en versión pancarta para denunciar la irracionalidad de la violencia contra las mujeres. Considero que no entender está situación; es no comprender su propia constitución de género y su progresión social. Estas mentes obtusas son incapaces de afrontar la leve disminución de años y años de indulgencia y privilegios masculinos, y acusan de victimismo a las mujeres cuando es su propio pecado.”

En síntesis: esta novela no sólo es aleccionadora, divertida, inteligente, reflexiva, sino que es imprescindible para quienes tienen (y ¿Quién no?) esa “rendija” intelectual por donde se escapa la tan mentada “inteligencia emocional”, para quienes gusten reflexionar o ahondar sobre la situación social de la mujer y no quieran abordar estos temas de forma enciclopédica.
Sinceramente, pasé una semana no solamente muy entretenida, sino que me volvió a mi propia estudiantina; me hizo repensar temas que uno cree superados, pero siguen allí; me recordó e informó sobre música y; hasta me hizo reír y llorar, lo cual no es fácil en mi caso.

No sé si merece algún premio porque no soy crítica, soy lectora ávida, lo seguro es que me valió el tiempo que le dediqué con placer. Gracias Ainara (permíteme llamarte así pues me encanta ese nombre) por enviarme tu novela y conocerte a través de ella y de tus respuestas a mi cuestionario (a continuación). Felicitaciones A.V. San Martin.


ENTREVISTA:

¿Eres escritor de carrera o has seguido alguna carrera?
El ser escritor siempre me pareció un sueño al alcance de pocos. Al menos cuando comenzaron mis primeros escritos así era. Así que, siempre me lo tomé como un añadido a mi vida, con el que obtenía muchas satisfacciones, pero me dediqué a estudiar económicas más por conveniencia que por devoción. Ahora, siempre dije que al menos publicaría un libro algún día.

¿Vives de la literatura? O ¿Cuál es tu ocupación?

No, hoy por hoy solo unos pocos privilegiados pueden vivir de la literatura. Ahora mismo compagino el cuidado de mis hijos con la escritura. Tengo un bebé de apenas nueve meses y conciliar trabajo y reciente maternidad resulta muy difícil.

¿Con quién vives y dónde? ¿Te acepta tu familia como escritor?
Vivo con mi marido y mis dos hijos en Melilla, España. Casualmente lo que nos unió a mi marido y a mí fue nuestro amor por la literatura y la escritura, solo que él es mucho menos constante que yo y terminar un libro suponen muchas horas de trabajo y esfuerzo.
La verdad que él me apoya al cien por cien en mis proyectos y está convencido de que lo que yo tengo que hacer es dedicarme íntegramente a escribir.

¿Cuándo decidiste que eras escritor?
Aún no lo tengo claro. Incluso, si me lo preguntan, contestaré: escribo libros. Aún me muestro reticente a decir soy escritora. Supongo que ese oficio siempre va acompañado de un prestigio que aún no creo merecerme.

¿Qué fue lo primero que recuerdas haber escrito? ¿A qué edad?

Recuerdo claramente la primera “novela” que terminé. Comenzar, comenzaba muchas, pero terminarlas era un logro mucho mayor. Tenía unos doce años y era una historia muy dramática sobre una niña huérfana a la que acogían en una casa, pero en la que la trataban de sirvienta. Aún lo conserva una de mis amigas, yo lo hubiera quemado ya, jajajaja.

¿Quién te ha influido en tu vida literaria?
La primera autora de literatura no juvenil que me encantó desde muy jovencita fue V.C Andrews con aquel espectacular Flores en el ático. Creo que mi primera novela estaba muy influenciada por esas grandes sagas que devoraba a oscuras bajo las mantas. Mucho mayor fui descubriendo a Isabel Allende, Barbara Wood, Julia Navarro, Alberto Vázquez Figueroa, Katherine Neville, Toti Martinez de Lezea. Grandes escritores cuyas historias me atrapaban de principio a fin y con los que no dejaba de aprender.

¿Qué temas son tus preferidos? Y ¿cuáles géneros has incursionado?
Ahora mismo me estoy enfocando en la narrativa contemporánea, tal vez porque la situación social actual es un tema que me preocupa mucho y trato de reflejar en mis libros denuncia social y política.
No obstante, hubo un tiempo durante la universidad que íntegramente me dedicaba a escribir novela histórica. La historia, la arqueología son temas que me apasionan, y tal vez en un futuro no muy lejano me atreva con una distopía que tengo empezada. Al fin y al cabo, en ellas se refleja el mundo en el que desembocaremos de continuar con esta intolerable forma de vida.

¿Tienes hábitos para llamar a tus musas, alguna rutina? Como poner música, etc.
Exacto. La música es mi musa y paso mucho tiempo buscando la canción más adecuada y que más me inspire para cada escena. Esas canciones ya se quedan para siempre con ese libro y no me sirven para otros. Son como su banda sonora y a nadie se le ocurriría cambiarlas entre películas. A veces solo tengo que tumbarme con los cascos de música puestos y dejar volar la mente para encontrar la siguiente escena.

¿Qué es lo próximo que te gustaría escribir?
Ahora mismo tengo tres proyectos entre manos. Uno de ellos muy avanzado y al que me gustaría dedicar más horas de las que tengo para poder trasladar todas las ideas que ya me pesan en la cabeza al papel, y me causa mucha ansiedad no poder hacerlo. Tengo la casa llena de notitas y apuntes de lo que se me va ocurriendo y los siento como un galimatías que necesito resolver ya.

¿Te sentiste diferente, bien, o como, después de publicar por primera vez?
Me siento muy orgullosa de haber publicado un libro y que, además, esté gustando entre sus lectores. Sin embargo, también he de confesar, que me ataca la timidez cuando un conocido me asalta por la calle para comentarme lo del libro, porque yo suelo ser muy discreta al respecto y no lo comento.

¿Qué le dirías a alguien que quiere publicar su primer libro?
Que no desista, que luche, que se enfade y maldiga si es necesario, pero que no se rinda. Muchos autores han visto publicados sus libros tras años de rechazos y han sido verdaderos éxitos. Eso sí, hay que saber esperar y tener un poco de paciencia. Parece complicado con la vida tan vertiginosa que llevamos actualmente, pero con la literatura debe ser así y las mejores historias se cuecen a fuego lento.
¿Hay algo más que quisieras decir y no te he preguntado?
Para mí escribir es como desnudarme, pero no como desnudar mi alma y que todas mis debilidades queden a la vista, no. Me refiero a desnudarme después de un largo día de trabajo en el que necesito quitarme la ropa y ponerme las pantuflas para sentirme cómoda y quitarme de encima todas las cargas buenas o malas del día. Por eso, quizás cuando mejor escribo es de noche. Me siento frente a mi ordenador y libero todas las palabras y las ideas que se amontonan en mi cabeza relajándome al fin. Creo que si no escribiera me volvería loca, jajajaja.

¿Hay algo que nunca hayas compartido antes y te gustaría hacerlo ahora sobre tu éxito con…?
Creo, que lo que más satisfacción me produce de haber escrito este libro, es recibir los comentarios de mujeres que, como la protagonista, también han sufrido malos tratos. Estas mujeres se ponen en contacto conmigo para decirme que se sienten comprendidas, que es increíble lo bien reflejado que está en el libro el calvario que supone, y además, les ayuda a sentirse un poco mejor.
 La idea original cuando lo escribí era tratar de hacer entender lo que sienten y lo que padecen las víctimas. Sobretodo explicar que no es tan sencillo salir de esa espiral de destrucción, pero si lo que consigo es que esas mujeres se sientan mejor creo que la recompensa es muy superior.

Gracias por la entrevista, Mónica y por interesarte por mi libro. Para mí es un auténtico placer poder contar con medios como los tuyos. Gracias de nuevo y un fuerte abrazo.  A.V. San Martin

Biografía corta:

A.V. San Martin es el seudónimo de Ainara Villacorta San Martin. Nacida en el País Vasco el 22 de agosto de 1978 y afincada actualmente en Melilla, cursó estudios universitarios de Ciencias Económicas.
Desde muy joven, su curiosidad y hambre por aprender y saber, la sumergieron de lleno en la
literatura. Siempre se la podía encontrar entre libros. Esa pasión por las letras derivó a muy temprana edad en la creación de sus propios relatos y escritos. Le gusta recrearse en cada palabra, en las construcciones de las frases y en todas sus interpretaciones. Adora la semántica elaborada; las metáforas extraordinarias, las paradojas imposibles y las comparaciones inusitadas.
Azul tormenta, lluvia añil es la primera novela a la que se ha dedicado a tiempo completo y nace con la intención de ser divulgada y cumplir un sueño.

Enlaces:
https://www.facebook.com/profile.php?id=100010824852009
@AVSanMartin1
http://tempusfugited.wix.com/tempusfugit#!news-and-events/c1pz
http://mybook.to/azultormenta



2 comentarios:

  1. Muy interesante la entrevista ,dice mucho de tus ilusiones y trabajo que lo tomas bien en serio

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  2. Gracias por compartirnos un poco de Ainara V. San Martín!

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